7 de diciembre de 2007

El pastorcito mentiroso

Por La flecha

La formación moral es un ejercicio que se inicia desde bebés, podemos decir ya en el vientre, en cuanto a la obligación familiar. Y, obviamente, desde la escuela, donde se complementa con una formación integral. Por ello, en las cartillas de lectura venían textos muy dicientes. Uno, el que brinda el título de éste post. Es una fábula, breve y atractiva.

Se trataba de un jovencito que cuidaba de las ovejas de la familia, quien se solazaba gritando que el lobo estaba en el rebaño y necesitaba ayuda. Al comienzo, para su diversión, acudían los vecinos a sus gritos de auxilio, y de nada valía que estos le exigieran respeto y veracidad. Cansados, los vecinos optaron por no acudir a sus llamados mentirosos. Pero un día sí llegó el lobo, y aunque gritó y gritó pidiendo ayuda nadie corrió a auxiliarlo, convencidos de que era una mentira más. Entre tanto, el lobo comió a su placer y mató cuantos animales le plugo. La moraleja era muy sencilla: es conveniente y necesario decir la verdad. Había que ser personas veraces, de palabra.

Algo similar ocurre con lo de las conversaciones del intercambio humanitario. Sólo que no se trata únicamente de pastorcitos mentirosos, sino que más parece un diálogo de lobos mentirosos y despiadados. Además, miopes y torpes. Como lobos, ninguno confía en el otro, pues pertenecen a distintas manadas.

Dentro de la tragicomedia del intercambio humanitario finalizado con la agresión contra Chávez, que traerá consecuencias muy negativas para Colombia, ya empieza a notarse el cansancio y desconfianza de los gobiernos de los países amigos. El caso de Francia, con el presidente Sarkozy es muy claro. No permitirán que “nadie los instrumentalice, o los utilice”. El desaire al gobierno colombiano fue evidente. Dejaron al Comisionado con las maletas hechas a punto de trepar a su “Arca de mentiras”.


El agravante es que en estas negociaciones --si el gobierno no es sincero y flexible-- puede terminar con mayor credibilidad el grupo de las FARC que el gobierno y, obviamente, se corre el riesgo de que las negociaciones se realicen dejando por fuera a la representación oficial. Todo depende de que la organización insurreccional, que se ha caracterizado últimamente por una extrema torpeza política y un accionar criminal, sea flexible, mida la contraparte de las negociaciones y actúe con habilidad y generosidad. Única manera de recuperar la iniciativa política que perdieron por su obcecado cretinismo frente al gobierno de Pastrana, que los entregó desprestigiados nacional e internacionalmente, frente a un ejército fortalecido y con recursos. Así le duela a los furibistas cuando se menciona esta realidad. ¡Ah, y a los Farsucos!


Post scríptum


Varias horas después de escrito este post apareció el P. Uribe con la noticia de que autorizaba una "zona de encuentro" no mayor a 150 kilómetros cuadrados. Las condiciones son muy "generosas": deben estar desarmados, no existir gente, no tener que levantar puestos policiales o militares y que no incluya áreas urbanas, además de encontrarse bajo protección internacional. Yo les sugiero una esquinita del desierto del Sahara o un campito en el desierto de La Tatacoa.

Más parece una invitación a Marrullo y Jojojoy a realizar una partida de caza, en ese pañuelo, que para la guerrilla sería una típica ratonera. Pues el día que se le rebote la m.. al furiúbico Pre, les da "cinco minutos para desocuparrrr.... que allá van mis muchachos."

Es una típica oferta para la galería, pues indudablemente la guerrilla no puede admitir una zona así de pequeña. Es una nueva "jugarreta" para aparentar lo que no se quiere hacer. Pero indudablemente hay algo de avance, pues ya empieza a aceptar la conveniencia de mover alguno de sus inamovibles. Necesariamente vendrá un intercambio de puntos de vista y, si hay mutuos y sinceros deseos de intercambio, se puede llegar a un acuerdo.

Amanecerá y veremos.

Foto: http://www.semana.com/

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