4 de octubre de 2007

El ejercicio de la lambonería

Si bien para algunos el ejercicio de la política es el arte de la lambonería, no es menos cierto que no se puede caer, por parte de esa clase de personajes, en la indignidad, en la falta total del decoro. Este consejo desinteresado nace de la necesidad de que las huestes uribistas conserven en funcionamiento el circo para las masas estólidas que se extasian con las migajas de pan y las payasadas del gobierno y de los "representantes de la patria" al servicio del Presidente Uribe.
La última representación circense contó con dos de los más cotizados actores: la presidenta del Senado y el Presidente de la República, donde éste fue presentado como un caso dramático de las víctimas de la violencia. Gracias a este tablado descubrí que la política de justicia, verdad y reparación, no busca reivindicar a los millones de colombianos indefensos víctimas de la violencia paramilitar y guerrillera, sino, quien lo creyera, a los personajes de la plutocracia colombiana.
Hay que reconocer el valor de la presidenta del Senado, para orquestar un espectáculo tan genuflexo. Pero se le fue la mano.



Una opinión "Santica"

El vicepresidente Santos es un hombre de opiniones originales y verticales. Hace pocos meses habló de darle un vuelco a las relaciones con los Estados Unidos, porque maltrataban a Colombia (léase al gobierno Uribe), y hasta quiso vestirse con una aureola de dignidad nacionalista.
Ahora, afirmó con voz "ventripotente" y para asustar a los norteamericanos, que el problema de la droga es continental. ¡Sí, señores, Continental! ¡Va desde la Patagonia, en la Argentina, hasta México!
Los norteamericanos pueden dormir en paz, porque ellos no forman parte del problema continental de la droga. Tampoco los canadienses. El problema lo creamos los del continente subdesarrollado. Buena esa, señor Vicepresidente. Usted sí es un macho. Gracias por su enseñanza.

3 de octubre de 2007

¿Qué no son peligrosos los parapolíticos?

No puede pasar inadvertida la amenaza contra la Corte Suprema de Justicia, por los juicios contra los para-políticos. Es imperioso que la ciudadanía rodee a las instituciones de justicia del país, como una verdadera oportunidad de salvar los derechos fundamentales de los colombianos. Tal vez el país nunca había estado en momentos tan importantes para definir su futuro; para definir el futuro de las próximas generaciones, y salir definitivamente de la condición de parias del panorama mundial.
Hoy más que nunca se debe ser claro en la voluntad de defensa de la vida y derechos fundamentales de los ciudadanos. Las cortes, valientemente han resistido las presiones conjuntas del gobierno en varias de sus ramas; las presiones del Parlamento y los para-parlamentarios detenidos y en investigación; las presiones de los paramilitares y demás grupos fuera de la ley, que se sienten afectados, etc.
Así al presidente Uribe los paramilitares "esos muchachos" le parecen inofensivos niños de teta, la verdad es otra muy distinta. Son genocidas, unos como determinadores y otros como ejecutores. Genocidios muy lejanos de una inocente acción política en defensa del Estado. A menos que la política de Estado, definida por el gobierno actual sea la del genocidio.
El Presidente es el principal culpable e interesado en que se desconozca un principio constitucional importante: los funcionarios públicos son más responsables que los particulares. En consecuencia, a nadie, a ningún funcionario público u oficial se le puede dar el mismo trato que a los particulares. Los funcionarios son más culpables. Y ellos deben ser castigados con mayor rigor, y deben estar marginados de cualquier beneficio legal extra a los actualmente existentes.
En aspectos de responsabilidad son más culpables los funcionarios elegidos o por nombramiento que los ejecutores particulares. En tal sentido, es un verdadero crimen favorecer a los primeros. Los Castaños y Mancusos no habrían llegado a donde alcanzaron su desarrollo sin la colaboración del Estado a través de sus funcionarios y parlamentarios. En términos reales son más criminales los para-políticos que los jefes paramilitares.
Basta del cinismo presidencial y de su grupo político. Los para-políticos y funcionarios corruptos inmiscuidos en los crímenes de los paramilitares, por acción, omisión o colaboración deben ser castigados ejemplarmente, para que nunca más en nuestra patria se presente la política de Estado, o, si se quiere, para ser más suave, la práctica estatal del genocidio.


2 de octubre de 2007

El uso del glifosato: ¿ciencia o traición?

Dicen que nada queda oculto bajo el sol y que tarde o temprano la verdad se sabrá. Lo de la producción de marihuana en los Estados Unidos se conocía desde hace muchos años. Pero lo que el gran público colombiano ignoraba era la importancia de dicha actividad. Es la más significativa producción agrícola de los "colosos del norte".
Allá no usan el glifosato para eliminar dichos cultivos por los daños ambientales que causan.
Las preguntas que debe responder el gobierno colombiano son elementales.
¿Si los yanquis no la emplean por qué aquí sí? ¿Existen coimas o mordidas para que se tomen esas medidas en el país?
¿Desconocen acaso que el uso del glifosato favorece la presencia del fussarium y que dicha enfermedad se riega por los suelos del país?
Parece que el hombre que nos aturde todos los días al hablarnos de la patria, lo que hace es traicionarla. Al menos a los yanquis no se les puede acusar de no amar a su país.

1 de octubre de 2007

No todo lo de los manzanillos es malo

Sí, aunque suene raro, es hora de reivindicar a los manzanillos en la política nacional y local. Para quienes desconocen el origen de esta especie de la fauna política colombiana, les advierto que no se preocupen por buscarlo en tratados de botánica o biología. Su origen es más práctico y dimana de la costumbre de brindar un trago barato y dulzón a los clientes electorales, conocido como manzanilla. Era y sigue siendo su principal argumento político e ideológico. No tanto la marca o variedad de licor, porque puede ser aguardiente o cerveza, y en algunos estratos, el guarapo.
¿De donde, pues, la reivindicación de los manzanillos? Precisamente por lo contrario de lo que han pretendido. Inicialmente la política criolla se fundaba en la relación de dependencia de los partidos con sus
caciques o jefes gamonales locales. Todo al cobijo del color de la bandera, único argumento válido para establecer fidelidades. Pero a medida que los caciques se sintieron grandecitos en la política dejaron de ser los fieles servidores a sus partidos y empezaron a reclamar sus tajadas.
En aras de sus apetitos, la manzanilla corrió un poco más y se acudió un poco menos a la fidelidad a la bandera partidaria o del trapo azul o rojo, y se crearon dobles fidelidades: al trapo y al cacique dispensador de manzanilla. Y después los caciques sacaron sus propios trapos y la fidelidad fue a ellos, que terminaron en cada campaña llevando sus rebaños, cada vez más escuálidos a nuevas banderas y nuevos grupos y nuevas alianzas. Así, de paseo por nuevas fidelidades, en cada nueva campaña, le enseñaron a los electores que en cuestión de partidos no hay fidelidades, que ya podían ir pensando en votar por los que antes odiaban, y que sus viejas banderas no eran sino trapos sin importancia. Descubrieron que al compadre de hoy lo pueden cambiar por otro. En fin enseñaron a los electores a ser
infieles y eso, a su pesar, es un paso hacia la democracia política.
Tanto va el cántaro al agua, que por fin se rompe. Por eso: ¡un homenaje a los manzanillos!

30 de septiembre de 2007

El buen humor presidencial

Para honra y prez de los colombianos, cada vez que habla nuestro presidente su mensaje se propaga ampliamente y sin demora tanto en el país como en el extranjero. Aquí la gran prensa nos comunica que fue escuchado con gran atención en cualquier escenario nacional o internacional. Y en la "extranja", como dicen coloquialmente algunos amigos, se le brindan las primeras páginas.
En su presentación ante la ONU (Organización No Útil) su discurso fue ampliamente difundido por toda la prensa internacional... en la sección de chistes. El mejor de todos:
En Colombia no hay paramilitares.
Lo malo es que mientras en otras latitudes se ríen de su ocurrencia, aquí los tontos no lo entienden y lloran...

¿Por qué ángeles y demonios?

No es ninguna novedad. Obedece a una situación muy real. Me educaron en el miedo a los demonios y en el miedo a los ángeles. Los primeros porque me llevaban a la perdición, y los segundos porque me espiaban para arrojarme en brazos de los primeros. Ambos unidos por un mismo plan, inexorable, de garantizar mediante el terror que me salvara o me perdiera. Y ¿saben?, todavía me muevo en ese medio, y siento espanto en las noches, en las mañanas y durante el día. Por muchas cosas: por vivir y por el miedo a morir. De todo hay motivo.
Lo trágico es que los temores, a los cuales llegué a considerar, para tranquilidad de mi conciencia como ilusorios, son reales. Los ángeles y los demonios existen. De muchas maneras y actúan bajo infinidad de formas, con todos los contenidos, físicos, mentales, espirituales. Los veremos todos los días.