19 de octubre de 2007

Vuelve y juega....

El ministro Santos acaba de decir que lo piensa en privado lo dice en público. Se ratifica en lo dicho y le tira el cargo al Presidente Uribe.

Ahora falta saber si el hombre de corazón grande y puño firme, tiene los "huevos" para recoger la renuncia y lo destituye. Porque no le queda más salida. Un miembro del alto gobierno puede tener todas las opiniones que quiera pero debe someterse a la política oficial. Es más, no debe olvidarse de quemar incienso al gran líder. O aguantar, como lo hizo Pachito, que recibió un baldado de miados en la cara, y se encerró a retiros espirituales.

Se abren apuestas: El presidente, el gran Líder: ¿lo echa?; ¿le acepta la renuncia?; ¿lo deja en el cargo, y se traga los sapos? Esta apuesta forma parte de nuestro gran vicio nacional. Apostemos.

Otra del Dr. Santos


Tomado de "Tienen huevo", blog, premio nacional de Semana

El locuaz ministro de defensa (o ¿será simple mensajero?) fue a los EE.UU. a cumplir funciones de Estado y aprovechó un minuto de diálogo para meter las cuatro, haciendo referencias desobligantes contra el locuaz Chávez, presidente de la República Bolivariana de Venezuela y contra la Senadora Piedad Córdova. El ministro al parecer está tan interesado en el intercambio humanitario como lo han estado las FARC, mejor dicho, al ministro no le interesa.

El ministro Santos (Chukysan, como le dicen en la red) es un récord en el equipo presidencial: cada vez que abre la boca pone al gobierno a dar explicaciones rectificándolo. La verdad es que más parece el estilo de gobierno, que se especializa en crear columnas de humo cuando está en problemas, o en inventar calumnias cuando se siente pillado. Así que no se sabe si tomar en cuenta la rectificación del ministro de relaciones exteriores (muy famoso por el caso
Chambacú), también experto en decir incoherencias.

El tiempo dirá si el gobierno es veraz en sus comunicados, porque de actuar con sinceridad ya debería tener el Presidente Uribe la carta de renuncia de Chukysan en su escritorio. De lo contrario sigue en el puesto.

16 de octubre de 2007

A otro Petro... con ese hueso.

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El ministrico de agriculturita

El ministro de agricultura, indignado salió a defender la patria contra los traidores, en este caso un "llevador", un tal comedor, perdón, senador Gustavo Petro, quien se atrevió a sacar a la luz pública unos datos que debían mantenerse ocultos, para felicidad de los narcoterratenientes.

Lo que el gobierno quiere esconder es que en 20 años los grandes terratenientes pasaron de tener en su poder el 32% de las tierras colombianas a poseer ahora un 62%, gracias, en gran medida a la política patriótica de expropiar campesinos mediante la parademocracia que se expresa a través del crimen y el terror.

¡Qué vergüenza! Ahora van a saber en el extranjero que los campesinos son asesinados y les quitan sus tierras. Eso está contra la patrianarca, señor Petro. ¡Cállese, por Dios!


15 de octubre de 2007

Medio ambiente... ¿Para quién?

Hoy tenemos una campaña internacional de los bloggers en favor del medio ambiente. Creo que es una buena oportunidad para expresar algunos criterios sobre lo que se considera la defensa del medio ambiente.

El problema es: ¿qué entender por medio ambiente? Pregunta paradójica para algunos que lo entienden como "la naturaleza": vegetal, mineral, animal y otros reinos. Gea o Gaia, que ahora se rebela contra el hombre agresivo al que piensa o tiene que destruir. Y entonces la defensa del medio ambiente se entiende como proteger todo lo definido como naturaleza. Yo mismo lo hice. Al menos hasta el día en que un campesino santandereano me abrió los ojos al respecto.

Él, un hombre menudo y joven, que celebraba con cerveza la venta de sus dos cargas de yuca, producidas en una finca en zona alta, sobre terrenos de ladera muy pronunciada. No aguanté las ganas de darle una lección sobre el daño que le causaba al medio ambiente y lo invité a pensar que en el futuro ni sus nietos ni los míos tendrían aire puro para respirar ni agua para beber, pues con esa agricultura agresiva se destruía la naturaleza.

El campesino me miró fijamente, alzando el ala de su sobrero raído y con un gesto despectivo me dijo: -- A mí que me importan los nietos suyos ni que tenga agua los de la ciudad, si mi problema es darle de comer hoy a mis hijos para que no se mueran de hambre--. Y para rematar completó: --Usted cree que trabajo en esas lomas porque me gusta estar allá, sin máquinas ni abonos ni ninguna ayuda. Nosotros tenemos que sobrevivir.

Creo que sobran los comentarios, porque el discurso del medio ambiente se impulsa a costillas de los más pobres, a los que les cae además de su miseria "la culpa" y la carga por el desmadre ambiental. La verdad es que no podrá haber, ni se justifica, política medioambiental que no implique un desarrollo justo y sostenible que favorezca a los más desprotegidos. Lo demás es paja.