10 de mayo de 2008

El referendo por el agua.... ¡una campaña de amor!

Por Koestler


El problema del agua es mundial, y las grandes potencias ya se pellizcaron al respecto, y con ellas las transnacionales que ven en esa crisis una gran oportunidad de negocio. En el plano nacional sucede algo similar, donde enormes empresas también se vienen apoderando de acueductos, acuíferos y concesiones que les den la propiedad privada sobre el agua, que es un recurso fundamental para la vida.

Santander tiene serios problemas de abastecimiento de agua para municipios y veredas, así como la merma, contaminación y desaparición de caudales. Algo similar, pero con visas de gravedad extrema, sufre el municipio de Lebrija, en el cual escasamente la cabecera municipal tiene agua tratada, y, como todos los usuarios lo saben, de mala calidad. El problema es de vieja data, y las administraciones no hay querido tomar en serio, con prospectiva, el tratamiento del problema. Lebrija marcha aceleradamente hacia una catástrofe ambiental en cuanto a la disponibilidad del recurso agua en condiciones apropiadas para el consumo humano, tanto en calidad como en cantidad.

A nivel mundial, la problemática se caracteriza básicamente por la mayor diferencia entre países avanzados y atrasados; la tendencia a la privatización de los recursos naturales: la biótica, las patentes de los componentes naturales para usos en salud o industriales, y, ahora, el agua. (En un futuro será el aire.) Por lo pronto, el desequilibrio ambiental producido por el desarrollo industrial se traduce en la distribución desigual del agua y los desastres generados por el cambio climático. Situaciones que se reflejan en Colombia, donde igualmente se estimula la apropiación del recurso agua, así como la comercialización monopólica de la misma. Ningún departamento del país escapa a esta dinámica. Que corre pareja a la pobreza creciente de los colombianos y la cada vez más abyecta desigualdad social.


En el caso lebrijense el problema es complejo con elementos estructurales: a) la formación histórica del suelo; b) el incremento poblacional; c) la fuerte y creciente presencia de la actividad productiva; d) la contaminación del agua, como efecto de la actividad industrial mundial y agropecuaria, entre otros factores.

Pero a todas estas, ¿qué se busca con el referendo? En primer lugar, preservan un bien público fundamental: el agua. Y, de paso, garantizar los derechos de los más débiles. Y, ¿eso por qué? Para que no tengamos que sufrir la tragedia de continentes como el africano, donde la carencia de agua lleva a los seres humanos a condiciones inenarrables, como las que enseñan, por ejemplo, estas fotografías.

Pero ¿acaso la gente no entiende la importancia de un referendo por el agua, y no la apoya? Aunque parezca extraño así sucede. Por ejemplo, mientras el sector educativo participa en la recolección de firmas para el referendo y los jóvenes colaboran entusiastamente, el sector político se mantiene apático, y en ocasiones se opone. Si no se los ordenan sus “jefes políticos” no participan, ¡como si pudiera llamarse jefes a quienes no entienden la importancia de dicha problemática! Lo de los “políticos”, si bien es triste, se entiende, pues ellos viven de explotar la carencia para enriquecerse. A ellos los beneficia la escasez de los servicios para medrar alrededor de dicha problemática, eso sí, sin resolverla.

Y del sector público ni se diga. Hablar en el municipio de Lebrija sobre el compromiso, escaso o nulo, del sector público, es llover sobre mojado. A todos los niveles. Es paradójico que quienes debieran estar liderando no sólo esta campaña sino la ejecución de políticas eficaces no sólo se marginan de ellas sino que las sabotean.

Pero además de lo anterior, debe llevarnos a meditar la actitud de muchas personas de Lebrija, especialmente ancianos, tanto del área urbana como rural. Unos, resentidos y agresivos, insultan a los jóvenes que les solicitan las firmas del referendo. Otros exhiben su machismo insultando a las mujeres que les instan a firmar. No faltan los que –triste decirlo– piden que privaticen el agua (para colmo, algunos de los que se lucran del programa “Familias en acción”).

Lo doloroso es comprobar que existe una carga muy elevada de desprecio frente al prójimo. Para ciertas personas, si han podido vivir en condiciones infrahumanas, que otros las vivan igualmente. Y lo dicen con odio, con resentimiento. Sin pensar en que a su familia en el futuro le pueda tocar una tragedia....

¿Y en la clase obrera? Ríanse, o lloren, si lo prefieren. Durante la manifestación del Primero de Mayo, no quisieron o menospreciaron participar dando sus firmas para el referendo. Parece como si los sectores populares estuvieran resignados a vivir en la miseria, sin derechos, y que su destino ineluctable es comer m....

¿Y Usted.... qué piensa hacer? ¿Va a actuar con amor o con odio? ¿Va a colaborar para que con su actitud en el futuro, Dios no lo quiera, algún familiar suyo termine así....?











Decida, ¡el futuro se construye ahora! Que no sea un futuro de odio sino de amor.

lustraciones:
http://www.ubp.edu.ar/
http://descubrerural.com/
Extraídas de correos de internet