6 de junio de 2009

No hay derecho.... ¡carajo!



Por Acidonitrix


Deseo expresar mi más vehemente protesta por la infame condena que se le piensa aplicar al epónimo y pulquérrimo ex senador Luis Alberto Gil, tan injustamente sapeado por el tristemente célebre Mancuso, quien lo acusa de haber participado en reuniones de hasta tres días con la cúpula de las AUC.


Cualquiera sabe que Nuestro amado líder, de manitas tiernas y suaves, hablar pausado, susurrante y tierno, no fue con un propósito diferente que el de llamar a la cordura y a la convivencia, y que hizo un tierno llamado al corazón empedernido de los jefes paras con el fin de que abrazaran la política del Sagrado Corazón de Jesús y practicaran el amor.


Nadie, pero nadie puede imaginar al doctor Gil con un fusil al hombro. Ni mucho menos. Él sólo proclama el amor entre los hombres, nada de violencia. Duele mucho tan maquiavélico plan para desacreditarlo. Más ahora cuando él había comprometido sus ahorritos de toda la vida en la defensa ante la fiscalía, donde, al parecer, ha compensado generosamente los desvelos de algunos investigadores con ayuditas pecuniarias. Su magnificencia ha sido tal, que según sus amigos gustosamente vendió algunos bienes suyos, entre ellos una clínica, para reunir una modesta cifra cercana a los diez mil millones de pesos ($10.000.000.000.oo).


Hasta había efectuado fiesticas con sus amigos más cercanos para celebrar que lo iban a declarar inocente de haber tenido malas compañías con los paramilitares. Y ahora le levantan ese otro infundio.


Definitivamente no hay derecho a que traten tan mal a un prohombre como el Dr. Gil.

Y mucho menos que pueda ver disminuido un patrimonio duramente amasado con la salud de los colombianos.


Fotos: El Espectador.com

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