16 de octubre de 2009

Mamerías y más mamerías...


Por Acidonitrix


Y por fin se inauguró...

Sí, se inauguró el parque. A la ceremonia asistieron muy pocas personas porque, salvo algunos familiares de la alcaldesa, unos cuantos funcionario y un pequeño grupo de la tercera edad, la
comunidad no quiso hacer presencia.

La ausencia fue una manera de protesta. Hartos de la burla de la tal "ilicitación" --por lo del verdadero fraccionamiento de contrato-- que empezó en algo más de 300 millones y terminó en casi 500 millones, los lebrijenses escaparon a la "magia" de la pólvora --como si estuvieran sordos-- y no salieron al parque principal.

Los comerciantes, salvo una minoría familiar, se negaron. Al fin y al cabo fueron grandes víctimas de la ineptitud en la planeación y la demora injustificada en la ejecución. Aunque no faltó el espectáculo: la mandataria, con un grupo de músicos le dio la vuelta al parque, animada por los gritos de quienes le decían: --Adiós doctora Polvorín--, y se mofaban del patético desfile. Mientras, enfurecido por la burla a su prima la alcaldesa, Sandro acariciaba en sus bolsillos los 300 millones

que ya tiene listos para su candidatura a la alcaldía, según sus jactancias.¡Sí es útil manejar la contratación... aunque no se sea funcionario público!



Reinado infantil escatológico..., perdón, ecológico

En Lebrija no sólo los contratos quedan en manos de la familia de la burgomaestra, también hasta los reinados. Como sucedió con el de "La niña ecológica", donde Juan Carlos y Sonia Serrano dictaminaron, contra la apreciación de la gente, la belleza, desenvoltura y donaire de las dos candidatas más opcionadas, que la reina debía ser una niña a la que nadie consideraba rival.

Ya existía en la tarde el rumor de que sería elegida una familiar de la alcaldesa... pero nadie lo creyó, hasta cuando emitieron el veredicto... y ahí fue Troya, con miles de denuestos contra la mandataria y su mandadero en cuestiones de reinados, a la vez que los asistentes se retiraban indignados. Menos uno, que esperó a la primera autoridad municipal para decirle en su cara lo que pensaba de ella, que trampeaba hasta en eso. (Por respeto a los lectores no repetimos el diálogo.)

Por Dios: ¡tengan piedad de Doña Pólvora, que entre sus grandes frustraciones está la de no haber sido reina....!



Y por último...

...las de la nueva dependencia de la Alcaldía, mal llamada Personería municipal. Entre los preparativos para la flamante inauguración con desfile y todo, estaba la de asear el parque. Pero bien aseado, tanto que pese al intenso aguacero que había barrido las calles, la alcaldía contrató un carrotanque... ¡para lavar el parque!... no para traerle agua a la comunidad azotada por la sequía y el racionamiento.

Las operaciones de ornato se realizaban bajo la mirada complaciente de algunos funcionarios de la Alcaldía, entre los cuales destacaba el flamante Dr. Edgar Fernando Pérez, quien otrora fungiera como defensor del pueblo y que ahora se desempeña como defensor... de la Alcaldesa. Atinó a pasar la directora de un colegio privado y no aguantó las ganas de referirse al desatino de tener a la comunidad bajo racionamiento mientras la administración gasta los recursos y el agua en lavar las calles del parque.

¡Quien dijo miedo! El personero entró en santa ira por los "h.p. desagradecidos de este pueblo..." y otra sarta de sandeces que generosamente endilgó a los habitantes del municipio por cuanto no agradecen las maravillosas ejecuciones de la Dra. Pólvora.


¡Lo que producen contratos jugosos y empleos bien dados...!

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