28 de abril de 2010

Mamerías


De tránsfugas y pícaros...

Por Acidonitrix


Quienes estuvieron en la 'manifestación' a Santos en Bucaramanga, a la que llevaron personas de familias en acción obligadas bajo la amenaza de quitarles el subsidio, o presenciaron un video que corrió por la web (este blog incluido) recordarán un individuo, de esos típicos voltearepas de la política nacional, apodado 'Pote Gómez'.

Supuesto liberal, que ha ocupado altas dignidades a la sombra del Partido, aparentemente trabaja por la campaña del Dr. Pardo. Pero este mefistofélico personaje, acostumbrado a venderle o empeñarle el alma al diablo o a cualquier personaje diabólico, realmente se la endosó al Dr. Juan Manuel Santos. Sus motivaciones son 'altruistas': recuperar los cinco mil millones de pesos que invirtió en su campaña.

Según sus amigos, Edgar 'El Pote' Gómez, alega que la única opción de recobrar tan escandalosa suma de dinero es pegándosele a la campaña de Santos, pues sus análisis le muestran que si gana Mockus no tendrá la menor opción de meter la mano en el erario público. Por ello, ni sonso que fuera, está al servicio incondicional de la candidatura oficial uribista.

Su 'jefe' Santos le dio el impúdico papel de atraer a cuanto liberal destetado del presupuesto se le quiera pegar a la decaída campaña, con ofertas de puestos, contratos y otras canonjías. Están dispuestos a ganar las elecciones a como dé lugar: en franca lid o haciendo fraude. Sus amigos lo dicen y lo reconocen. Es más, algunos se sienten defraudados.

Así que los electores, independiente de la campaña en la que se encuentren deben estar atentos a las trampas y velar porque se hagan unas elecciones limpias. En especial los seguidores del Dr. Mockus.

Definitivamente, a los pícaros Dios los hace y el diablo los junta; o, mejor, el muñeco diabólico, el famoso Chucky.



Respecto a nuestros incultos dirigentes....


La melena de Evo
Por: Klaus Ziegler
La lista de bestialidades que pronunció el presidente Evo Morales durante su discurso inaugural de la Conferencia mundial de los pueblos sobre el cambio climático deja entrever una vez más la pobreza intelectual, la escasa cultura y el analfabetismo científico de nuestros gobernantes.

Sin sonrojarse, Evo afirmó que “El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso cuando los hombres comen esos pollos tienen desviaciones en su ser como hombres”. En el mismo discurso el mandatario boliviano criticó el desarrollo de variedades transgénicas y culpó a estos productos de ser los responsables de la calvicie de los europeos. De la Coca Cola dijo que solo sirve para destapar inodoros, insistiendo en el viejo mito urbano que alega que esta bebida es capaz de disolver en pocas horas un clavo de acero.

Pero si Evo funge de endocrinólogo, Chávez no se queda atrás como genetista. En unas de sus maratones televisivas explicaba: “Está comprobado científicamente que el mapa genético de una mosca y de cualquiera de nosotros es idéntico: “un gusano y Chávez; una mosca y cualquiera de ustedes [es] lo mismo”. En otra alocución de “Aló Presidente” pregunta, y se responde a sí mismo: “La especie humana tiene… ¿cuántos siglos compadre? ¡Ah, 20 siglos!”. Y su más genial anotación: “sácale el 80%: ¡7x8 = 52!”

Las barbaridades de George H. W. Bush son tan abundantes que inclusive existe un término, “bushisms”, para referirse a la lista de las innumerables estupideces, desatinos y torpezas del mandatario estadounidense. Durante su campaña presidencial en 2000, y en uno de sus discursos, tranquilizó a los concurrentes asegurándoles que es posible la convivencia pacífica entre los humanos y los peces. Y en una cumbre del G-8 en Japón, hace dos años, se dirigió al primer ministro Silvio Berlusconi gritándole en español “amigo, amigo”.

Hablando del futuro de la guerra en Irak manifestó: "La única manera como podemos ganarla es retirándonos a tiempo antes de que llegue el fin”. Y en otra alocución, esta vez ante el Congreso, advirtió: “Nuestros enemigos están siempre ideándose nuevas maneras de hacerle daño a nuestro pueblo; lo mismo hacemos nosotros”. A los disparates de Bush se suman las idioteces de su secretario de defensa Donald Rumsfeld. A una pregunta sobre el paradero de Osama Bin Laden, este cínico personaje respondió: “Estamos seguros de que Bin Laden está en Afganistán, en alguno otro país, o muerto”.

Más significativo que los desafueros risibles de estos mandatarios es la manera pueril de argumentar del presidente Uribe y su habitual estrategia de evadir los argumentos con artificios, intimidaciones e insultos. Su lenguaje coloquial y sus acostumbrados errores de dicción no pasarían de ser un rasgo pintoresco de su personalidad si no fuera porque en más de una ocasión le ha dado por aleccionar a sus compatriotas sobre el buen uso del idioma. En un mensaje de año nuevo, y apelando a su símil favorito, comparó a las “FAR” con una culebra a la que inmovilizan sujetándole la cabeza con una horqueta, pero que apenas logra zafarse se “avalancha” sobre el campesino, lo muerde y lo envenena.

Es dudoso que debajo de la abundante melena de Evo Morales, o de la calva de más de un asesor presidencial, haya una respuesta clara a preguntas como, ¿por qué se producen las estaciones?, ¿qué dice el principio de incertidumbre?, ¿qué propone la segunda ley de la termodinámica?, ¿qué es la distribución normal o la desviación estándar en estadística?, ¿qué se entiende por deriva continental?, ¿cuáles son las dimensiones del cosmos, y su antigüedad?, ¿qué es el código genético?, ¿cómo evolucionaron las especies hasta llegar al Homo sapiens? o ¿cuándo apareció el hombre moderno sobre la Tierra?

Lo paradójico es que decisiones que afectan el bienestar de millones de personas, como la investigación para el desarrollo de terapias con células madre, el control del armamento biológico, químico y nuclear, la superpoblación y las políticas demográficas y ambientales, la búsqueda de fuentes de energía limpia, el cambio climático, la destrucción de la capa de ozono, la lucha contra las drogas, así como cientos de otros asuntos de la mayor importancia, estén en manos de gobernantes iletrados en materia de ciencia que confían más en predicadores, curas y astrólogos que en sus propios asesores científicos.

Para mencionar unos pocos ejemplos, Ronald Reagan se guiaba por los consejos de su parasicóloga de cabecera Barbara Honegger. Miterrand consultó a la astróloga francesa Elizabeth Teissier antes de enviar tropas a la guerra del Golfo. Y Fujimori se bañaba en las aguas de las mágicas Huaringas, según él, para “cargarse de energía positiva”, mientras que Uribe se hace recetar gotas homeopáticas para mitigar su ira crónica.

Tiene razón el médico cubano Luis Carlos Silva al señalar que “La incultura científica no es un mero rasgo que requiere ser superado para mejorar la sociedad sino una genuina adversidad cuya capacidad de estropicio se subestima, en parte debido a la propia ausencia de cultura científica que permita aquilatar el peligro que entraña”.

Tomado de El Epectador.com, abril 29

Caricaturas... caricaturas que dicen mucho...


Sobre el debate electoral...


28 Abr 2010 - El Espectador.com

Petro contrastó y brilló

Por Rodolfo ArangoRodolfo Arango


BUENO EL DEBATE DE LOS CANDIDAtos en Citytv. Hubo diálogo y respeto.

Se impone el estilo Mockus. Argumento va, argumento viene. Crecemos en democracia deliberativa. Atrás queda la estigmatización del contrario como enemigo y los instructores del miedo.

Petro, con su visión sistemática y original, triunfó de lejos en el debate. Sin rodeos, coge los problemas por los cuernos. Su conocimiento material de éstos contrasta con los lugares comunes en que se mueven otros candidatos. No se enreda con normas y estructuras. No aprovecha el tema para politizar la discusión. No se excede en símbolos. Va al punto. Si no es ahora, la izquierda, madura, analítica y reflexiva, llegará pronto al poder.

En el plano internacional la superioridad argumentativa de Petro fue notoria. Mientras los más hablan de soberanía, de extradición de Uribe o Santos y condenan las injerencias de presidentes extranjeros, Petro reconoce los errores colombianos que afectan a propios y vecinos; llama a construir más y mejor integración económica; y reivindica lo común de las poblaciones andinas para anteponerlo a las veleidades de sus gobernantes.

En materia de reforma a la salud la cosa no fue diferente. En general los cinco candidatos alineados a la derecha del espectro político quieren conservar el sistema de salud, reformándolo. Algunos reducen la crisis a un problema financiero o numérico. Petro condena la mercantilización de la salud. Se toma en serio los derechos sociales. Planea universalizar la prestación de la salud y controlar el desangre de sus recursos desde la fuente. Mediante la medicina preventiva, con médicos de familia bien pagos, pretende atacar la enfermedad en los hogares a lo largo y ancho del país.

Santos impacta con sus cinco locomotoras generadoras de trabajo: campo, infraestructura, vivienda social, minería e innovación. Ojalá no entregue el manejo de la primera a Arias ni la cuarta a Carranza. Además la economía extractiva en campos y minas no genera empleo en cantidad ni calidad y sí amenaza la biodiversidad. Mockus propone modernizar el aparato productivo a menor ritmo y retardar con más educación el ingreso de los jóvenes al mercado laboral. Petro ve el problema del desempleo no tanto en el alto costo del factor trabajo sino en la falta de capacidad adquisitiva real del trabajador. Para jalonar el crecimiento económico planea democratizar la tierra y el crédito, derogar la flexibilización laboral y a los intermediarios del trabajo.

Contra la corrupción los candidatos ofrecen fórmulas diversas: Mockus: no impunidad y educación cultural; Noemí: administración de justicia y mejor ciudadanía; Petro: separar política y mafia; Pardo: separar poder político y dineros públicos; Vargas: neo ministerio de Justicia y reformas legales. Santos: más penas, delitos imprescriptibles y contrainteligencia. En este tema se echa de menos una clara concepción de Estado que permita pasar de un Estado botín a un Estado moderno, con una función pública calificada y honesta. Una Escuela de Altos Estudios en administración pública brilla por su ausencia en todas las propuestas presidenciales.

Con la intervención del candidato del Polo, quedó claro que el debate de ideas ha vuelto, ojalá para quedarse. ¿Qué dirán quienes pronosticaban el fin del antagonismo entre izquierda y derecha luego de escuchar enfoques ideológicos y propuestas prácticas tan disímiles? El disenso es signo de salud democrática. Obliga a pensar, más que a creer. Lentamente salimos del embrujo autoritario y vislumbramos cómo podría ser un país políticamente pluralista y en paz.




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