Presentamos esta propuesta nueva, con alma ambiental, irreverente y de espíritu novedoso, para que los lectores lean y se enteren. ¡Ah! Y para que tomen posiciones. Es su responsabilidad.
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10 agosto 2013
"Aquí en Colombia se
vota por protagonistas y no por ideas"
Por María Jimena Duzán
EN PLATA BLANCALos fundadores del Partido del
Tomate, que se abre paso en las redes sociales, hablan de su decepción con la
política tradicional y de su proyecto para cambiar las cosas.
“el miércoles vamos a re gistrar el partido y a
comenzar a conseguir las firmas ”
Elli Schnaider es de Cali. Estudia Derecho en la Universidad San
Buenaventura. La primera vez que votó lo hizo por Uribe pensando que era una
alternativa. En 2010 votó por la ola verde, pero dejó de creer en el Partido
Verde cuando este entró a la Unidad Nacional sin consultar a quienes habían
votado por ellos. Es judío. Edad: 28 años.
Juan Carlos Upegui es estudiante de Filosofía de la Universidad de
Antioquia. Viene del Polo. En 2010 votó por Carlos Gaviria y en las
legislativas por Jorge Enrique Robledo. Sin embargo ya no se siente
interpretado por ese partido. Edad: 24 años. Es ateo.
Daniel Quintero, es ingeniero electrónico de la Universidad de Antioquia
con una especialización en Finanzas Públicas en los Andes, un MBA Universidad
de Boston y una especialización en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la
Universidad de Harvard en Finanzas Públicas. En 2010 votó por la ola verde
pero, al igual que Schnaider, cuando el Partido Verde entró a la Unidad
Nacional dejó de sentirse representado por los verdes. Su hermano es Miguel
Andrés Quintero, concejal por el Partido Verde de Medellín. Es católico y tiene
33 años.
Los tres se definen como ambientalistas y son una de las tantas caras
que integran el Partido del Tomate, un movimiento político que empieza a
abrirse campo en las redes sociales y que tiene como pilar devolverles a los
ciudadanos el ejercicio de la política.
M.J.D.: ¿Cómo se conocieron ustedes?
Daniel Quintero: Nos conocimos sembrando arboles hace ocho meses a
través de internet. Los tres participamos en una jornada mundial que nació en
Colombia el 20 de diciembre y que se realizó en 24 municipios y en siete
países. ‘Sembremos por un deseo aunque el mundo se acabe mañana’ fue el lema
que escogimos.
M.J.D.: ¿Y qué respuesta tuvieron?
Elli Schnaider: En un mes logramos 35.000 seguidores. El día de la
jornada logramos sembrar 50.000 árboles.
M.J.D.: ¿Y cuándo deciden dejar de ser ambientalistas y fundar el
Partido del Tomate?
D.Q.: Varios de nosotros veníamos protestando muy duro
contra la política minera que viene desde Uribe. Habíamos trabajado con las ONG
en la preservación del páramo de Santurbán, habíamos protestado contra la
Drummond. Esas protestas las hacíamos no solo en las redes sociales sino que se
las formulábamos formalmente al Partido Verde.
A ese partido le propusimos la creación del impuesto verde, que buscaba
cobrarles a las mineras por los daños ambientales y no simplemente por la
extracción de minerales. En el PIB no se está teniendo en cuenta los costos
ambientales y creemos que a esas compañías les debería salir costoso acabar con
nuestras riquezas. Sin embargo nunca nos escucharon. Por eso un día decidimos
que teníamos que cambiar de estrategia y que si queríamos transformar la
sociedad, eso no podía hacerse a través de reformas sino presionando a la gente
para que fuera ella la que promoviera el cambio.
Juan Carlos Upegui: Pero además coincidimos en que hay un problema de
representación en la política y en que, en general, la democracia en el mundo
está en crisis porque los políticos le están dando la espalda a los ciudadanos.
Se ha creado una distancia entre los supuestos representantes y los
representados y los primeros solo se acuerdan de estos últimos en las
elecciones. Aquí en Colombia se vota por protagonistas y no por ideas. Fue entonces
cuando decidimos que había que encontrar otra forma de que nos oyeran.
M.J.D.: Hace cuatro meses, cuando se anunció la
creación del Partido del Tomate, ustedes lanzaron un manifiesto contra la clase
política en el que decían que los verdes habían traicionado a la ola
verde.
E.S.: Sí, la primera invitación que le hicimos a la
gente para que se vinculara a nuestro partido decía que éramos un grupo de
colombianos que estaba mamado de los políticos y de la politiquería, que había
soñado con los verdes, pero que descubrió que por fuera eran de ese color, pero
por dentro estaban podridos.
Hicieron cosas muy dolorosas. Después del ‘no todo vale’ de Mockus,
Enrique Peñalosa sale en la tarima con Uribe, Lucho Garzón hace negocios con
Santos y a Eladio Pérez le dan una embajada. Yo hasta el momento no he
escuchado la primera propuesta ambiental del Partido Verde.
D.Q.: El Partido Verde nos vendió la idea de que sí se
podía hacer algo distinto, pero nos terminaron demostrando lo contrario. Por
eso hay millones de personas completamente desilusionadas que, como nosotros,
formaron parte de la ola verde y que hoy se sienten engañadas por ese partido.
Una prueba de ese descontento es la manera tan impresionante como hemos crecido
en las redes sociales desde hace un mes.
M.J.D.: ¿Cuántos seguidores tienen en Twitter?
D.Q.: Hasta la semana pasada, teníamos más o menos unos
10.000 seguidores entre Facebook y Twitter. Solo quisimos darnos a conocer en
las redes hace un mes, cuando hicimos la presentación y expusimos nuestros
pilares.
M.J.D.: Pero no tienen muchos seguidores que digamos...
D.Q.: Es que el partido que más tiene es el Verde, con
40.000 seguidores. El Conservador cuenta con 3.053. Y el Liberal, con 18.000.
Nosotros en un mes llevamos 3.500. Lo cual habla muy mal de los partidos
tradicionales. Con 200 años de historia y llega un movimiento como el de
nosotros y los arrasa en las redes.
M.J.D.: ¿Qué actos de protesta han hecho desde que nacieron hace cuatro
meses?
E.S.: El primero fue la tomatina contra la valla de Pacho
Santos en Medellín, en la que comparó a Pablo Escobar con Iván Márquez.
Consideramos que era una salida oportunista para meterse con la paz. La segunda
tomatina fue contra el procurador por oponerse al matrimonio entre las parejas
del mismo sexo.
La tercera fue en Medellín contra Aníbal Gaviria y los concejales que
aprobaron la fusión entre Une y Millicom. Después vino San Vicente del Caguán,
en donde le tiramos tomates a la imagen de dos fusiles, como rechazo a la guerra.
Luego vino una tomatina contra el presidente y su locomotora minera en
Bucaramanga. Luego otra contra Uribe, Daniel Ortega y Pastrana por el fallo de
La Haya.
Posteriormente hicimos una tomatina en Cali contra los turistas del
Estado, en el que incluimos a la magistrada de la Corte y los parlamentarios
viajeros y hace una semana el día de la clausura de los juegos mundiales en
Cali le pusimos una camisa al monumento Cristo Rey. Nuestra idea no era la de
profanar sino de apoyar una frase del papa que nos pareció muy pertinente en
este contexto: la de que los políticos corruptos eran el anticristo.
M.J.D.: ¿Y qué le dicen a quienes pueden estar pensando que ustedes
nacieron para echarle vainas a los demás, pero no para proponer?
E.S.: Nosotros no le vamos a tirar tomates a nadie de
forma directa. Es que el partido del tomate quiere decir tómate: tomate el
partido. Invita que los ciudadanos se tomen la política y tiren tomates a quien
no le guste. Eso no significa que no tengamos propuestas. Nosotros defendemos
dos pilares: una sociedad de ciudadanos libres y una de ciudadanos felices. Una
sociedad donde el ciudadano pueda por ejemplo, tener la posibilidad de fumarse
un porro sin que el estado se lo impida.
M.J.D.: Veo que están por la legalización del consumo de mariuhana...
D.Q.: Si, desde luego. Pero vamos más allá. Para que un
ciudadano pueda ser libre tiene que ser educado y para eso el estado tiene que
garantizarle el acceso a la educación. Nosotros creemos que el país tiene que
enfocarse en la educación porque solo con ciudadanos educados, la ciudadanía
puede tomar decisiones acertadas en los referendos o en las consultas.
Hoy se dice que las sociedades se merecen a sus gobernantes. En una
sociedad como la que planteamos los gobernantes se merecen a los ciudadanos.
Pero no solo proponemos una sociedad de ciudadanos libres y felices sino que
planteamos una revolución: la de que los ciudadanos se tomen la política para
que el representante o el senador deje de ser el protagonista y sea realmente
el interlocutor de los intereses ciudadanos y que vaya al congreso a prestar un
servicio.
J.U.:Establecimos también que el mejor escenario para
una nueva relación entre los políticos y sus representados eran las redes
sociales. Consideramos que las redes son las únicas que puedan salvar la
democracia en este país porque profundizan la democracia. Las redes impulsaron
la primavera árabe, han hecho que los cuidadanos puedan estar mejor informados
y que no sean simples espectadores de lo que está pasando.
M.J.D.: La mayoría del país no sabe qué es el partido
del tomate, y quiénes sí les hemos empezado a seguir el rastro en las redes
sociales nos preguntábamos quienes estaban detrás de este proyecto y por qué
esta es la primera vez que acceden a dar la cara.
E.S.: Los que estamos saliendo hoy en esta entrevista
somos los delegados del primer grupo que arrancó con este proyecto político. No
buscamos protagonismo alguno, porque que creemos es en las ideas, no en
personas ni caras.
Pero decidimos salir por dos razones: la primera es que queremos que se
sepa quienes somos. No queremos que se piense que hay un gallo tapado o un
politiquero detrás de esto. La segunda es porque el próximo miércoles vamos a
ir a la Registraduría para registrar el partido y comenzar a conseguir las
50.000 firmas que necesitamos para presentar la lista al Congreso y porque la
gente necesita saber quiénes somos.
Escogimos ese día porque se conmemora el asesinato de Jaime Garzón. Si
estuviera vivo, él sería nuestra cabeza de lista. Con Garzón nos identificamos
en algo: nosotros no graduamos a los políticos de enemigos. Nos parece más
interesante burlarnos de ellos.
M.J.D.: ¿Y sí creen que las van a conseguir?
D.Q.: Pensamos conseguirlas en 12 dias y vamos a
enfrentarnos al Partido Liberal y al Partido Verde. Nuestra oferta es muy
simple: ustedes señores ciudadanos pueden votar por unos políticos escogidos a
dedo o por un partido de ciudadanos escogidos por ciudadanos. Ellos tienen la
plata y la maquinaria, y nosotros tenemos las ganas y las ideas.
M.J.D.: ¿Y cómo van a escoger los candidatos?
D.Q.: En este momento están abiertas las convocatorias
en Twitter, Facebook y en nuestra página web.
M.J.D.: ¿Y cómo van a impedir que lleguen oportunistas, corruptos y
lagartos maquillados de vanguardiastas a sus listas?
E.S.: Vamos a pasar las hojas de vida que nos lleguen
por nuestros filtros para que luego sean los mismos ciudadanos quienes los
escojan y ordenen la lista. Nuestra lista va a ser cerrada.
M.J.D.: ¿Y cómo van a financiar su campaña?
D.Q.: La nuestra es una campaña batata. No vamos a sacar
un papel ni publicidad. Y sobre todo, no vamos a comprar lechonas.